Importancia de las plumas de las aves

Importancia de las plumas de las aves

  • Aves
Composición:
Las plumas las aves están compuestas principalmente de queratina, que es un componente inerte resistente a agentes externos como la radiación solar y el agua. La queratina también es resistente a las enzimas de digestión de proteínas.
Las plumas se deterioran por la fricción, los golpes y la acción de los parásitos. Como la pluma es una estructura muerta, que una vez desarrollada ya no recibe más aporte del cuerpo que la sustente, para mantener el plumaje en buenas condiciones, el ave debe renovar sus plumas de forma periódica. Las plumas nuevas surgen de los mismos folículos que las viejas a las que reemplazan. A este proceso, que consiste en la pérdida secuencial de todas o parte de las plumas y su sustitución por plumas nuevas, se conoce con el nombre de muda.
Las plumas de las aves son una de las características más distintivas de la anatomía aviar. Una de las funciones de sus plumas es la producción de sonido, utilizadas como material de anidamiento, para la limpieza del cuerpo, como repelente o aislante contra parásitos, para el transporte de agua, como un elemento para la función del tacto, como protección de órganos, y para exhibiciones de cortejo.
¿No te parecen las plumas todo un ingenio de la naturaleza?
Pues, además de las funcionalidades que ya hemos desvelado, hay plumas que sirven para bucear y nadar, para andar por la nieve, para proteger del sol y del viento, ayudar a digerir peces, conquistar damiselas aladas (y si no que se lo pregunten al ave del paraíso macho que habita en Nueva Guinea) e, incluso, para dirigir los sonidos a los oídos.
¿Semiplumas?
Existen otras, llamadas semiplumas que, además de evitar que el animal pierda calor lo ayuda a flotar. La semipluma es visiblemente más pequeña que las de ala y cola, además de poseer más barbas sueltas (las de vuelo son más rectas).
Coloración de las plumas
La coloración de las aves procede fundamentalmente de tres grupos de pigmentos: carotenoides, melaninas y porfirinas. Los carotenoides son compuestos de origen vegetal (solo los producen plantas y algas), lo que implica que si un ave tiene carotenoides en sus plumas es porque se ha alimentado de plantas que los contienen, o de animales que previamente las hayan ingerido. Una vez asimilados, estos carotenoides viajan por el torrente sanguíneo hasta alcanzar los folículos dérmicos desde los que se desarrollan las plumas; y desde donde las irrigan o tiñen. Son los pigmentos responsables de los tonos amarillos, anaranjados y rojos.
Al contrario que los carotenoides, hay otros pigmentos que los animales (incluidas las aves) sí pueden producir por sí mismos: las melaninas, que generan los diferentes tonos de negro, marrón, gris, tierra… Son el mismo tipo de sustancias que también producen los distintos tonos y colores de piel que exhiben los humanos. Ejemplos de aves que deben su coloración a las melaninas son el buho real o el águila real.